jueves, 18 de mayo de 2017

El acoso escolar

El acoso escolar se define como cualquier modo de maltrato a un alumno durante un tiempo prolongado. Este maltrato puede ser físico, verbal o psicológico y se puede realizar de manera directa o indirecta.
  • Maltrato físico: pegar, golpear, dar patadas.
  • Maltrato verbal: insultar, reírse de alguien.
  • Maltrato material: romper su material, robar.
  • Maltrato social: marginar a alguien, convencer a los demás para que le dejen solo.
  • Maltrato cibernético: difundir vídeos no apropiados de esa persona, acosar por internet.
Es necesario añadir que en el aula surgen algunas peleas o faltas de respeto que no se consideran acoso, debido en gran parte a que son fáciles de resolver.

El agresor suele ser violento, no desarrolla la empatía, tiene un bajo rendimiento en clase y no es responsable de sus actos.

Por otra parte, se suele considerar a la víctima como alguien inseguro, débil y tímido. Además, los actos de acoso influyen en su salud (de manera física y psicológica), en su rendimiento académico y en sus relaciones sociales.



Ahora bien, la tarea que se nos plantea no es nada sencilla. A continuación adjunto un enlace en el que expertos debaten sobre las posibles soluciones del acoso.


En este debate se tratan una serie de aspectos que me parecen importantes:

  • El agresor ha sido educado sin límites en una familia que no respeta a los demás. Por tanto, los hijos imitan el modelo de sus padres buscando su aprobación.
  • Las víctimas no cuentan nada por miedo al agresor.
  • Se proponen unos buzones anónimos donde las víctimas pueden escribir si se sienten acosadas.
  • El acoso no se puede evitar.
  • Es necesario que las familias, el centro y las administraciones participen para acabar con ello.
  • Es necesario educar para desarrollar la empatía y adquirir valores como el respeto.
Desde mi punto de vista, hay muchos factores que producen el acoso escolar, por tanto no debe reducirse al papel del agresor. En primer lugar, coincidiendo con los puntos señalados en el debate anterior, si un niño tiende a la violencia, a discriminar a la gente, a no ponerse en el lugar del otro o a insultar es porque no ha recibido una educación adecuada. Hay que tener en cuenta que el papel de educadores no solo recae sobre los padres o el profesor, sino toda la sociedad somos responsables de la educación de los menores. Un niño cuando ve la televisión, unos dibujos violentos, cuando ve a la gente que no respeta su turno en una fila o a sus mismos padres burlándose de alguien, está aprendiendo. Por tanto, por una parte deberíamos preguntarnos: ¿estamos dando un buen ejemplo a las nuevas generaciones?

Por otra parte, el silencio es un aliado del acoso. Pero no solo hago referencia al silencio de la víctima sino al de espectadores, familias o administraciones que no responden a las situaciones de acoso. Las consecuencias que percibe la víctima son bastante importantes como para ejercer un papel pasivo ante estas situaciones. La participación de todos puede ayudar de manera considerable al fin del acoso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario